Uno de los factores más importantes a la hora de vender una propiedad es establecer el precio adecuado de venta.

Para ello, realizamos un estudio de mercado analizando la competencia actual (otros inmuebles de características similares que se están anunciando en la misma zona) y los precios reales de venta de propiedades que ya se han vendido (se estima que existe una diferencia de entre el 8 y el 15%).

Siempre hay que tener en cuenta que rara vez un inmueble se vende a su precio inicial de salida al mercado, por lo que no podemos entender que el precio al que se anuncia un inmueble similar al nuestro, será el precio de venta del mismo (se calcula que alrededor del 50% de los inmuebles en venta en España se anuncian con un precio sustancialmente mayor a su precio real de venta).

Con toda lógica, el propietario está interesado en vender su propiedad al mayor precio posible, por lo que es habitual fijar el precio inicial con un pequeño margen para la negociación.

Del mismo modo, parece razonable pensar que un comprador quiere comprar al menor precio posible, por lo que, de los inmuebles disponibles que se ajusten a sus requerimientos, elegirá visitar los más económicos.

Es por esto, que fijar un precio de venta demasiado alto puede perjudicarnos de distintas maneras:

Durante los primeros meses, ahuyentará a los posibles compradores por su excesivo precio. Incluso podemos, sin quererlo, favorecer y propiciar la venta de inmuebles que son competencia directa.

Ante la falta de interés por los compradores, habrá que bajar el precio.

Un inmueble que pasa demasiado tiempo en el mercado con repetidas bajadas de precio se "quema" pudiendo dar la impresión de que tiene algún problema o defecto importante.

El resultado, por desgracia, podría ser que acabemos vendiendo a un precio inferior al que podría haberse vendido de haber establecido el precio adecuado desde el principio.

Cuando existe mucha urgencia por vender la propiedad, puede pensarse que fijar un precio muy bajo puede acelerar el proceso. No siempre es así. Habría que evaluar las condiciones de la vivienda y la demanda de la zona, pero que una vivienda tenga un precio significativamente inferior al de sus competidores del mismo barrio, lleva a la sospecha que el anuncio oculta alguna información negativa sobre la misma.

Establecer un precio bajo pero ocultando hechos o defectos que supondrán un sobrecoste (derramas pendientes, precio del garaje no incluido o reformas necesarias) también es un error. Atraeremos a los compradores equivocados que una vez visitada la propiedad sentirán un "efecto engaño" y no estarán interesados en la misma (posiblemente, además, porque en vista de estos sobrecostes, exceda su presupuesto).